Qué decíais de la carne

Las grandes organizaciones dedicadas al contrabando de carne en España han sido prácticamente desarticuladas y eliminadas, tras la culminación de una amplia operación antifraude que permitió aprehender más de 4,6 millones de kilos de carne desde 1980, según fuentes solventes de la Dirección General de Aduanas.

La operación represora, dirigida por los inspectores de Aduanas y realizada en colaboración con la policía, la Guardia Civil y especialmente con las autoridades aduaneras de Holanda, Francia y Portugal, se ha mantenido hasta ahora en secreto, porque casi medio centenar de actas de descubrimiento y aprehensión, que implican sanciones por más 232 millones de pesetas, están aún pendientes de fallo judicial.

Los 36.000 kilos de vacuno descubiertos el verano pasado en hoteles de Mallorca son una cantidad -equivalente a un camión y medio de carne, lo que se considera en medios oficiales como un fleco insignificante en relación con las expediciones ilegales descubiertas durante la operación de desarticulación del tráfico ilegal, alguna de las cuales estaba compuesta por 170 camiones portando de dos a tres millones de kilos de carne de vacuno.

Fuentes solventes aseguran que la información atribuida por Diario de Mallorca a un informe del Ministerio de Sanidad titulado Informe de lo que se conoce acerca del contrabando de carne a 23 de septiembre de 1983 procede de un escrito anónimo, sin membrete oficial ni firma alguna, distribuido por el diputado Juan March.

El informe incorporado por el Ministerio de Sanidad a la documentación entregada al diputado socialista balear Juan March, de más de tres folios de extensión y apócrifo, acusa a los funcionarios de varios ministerios de colaboración con el fraude y pide una investigación entre los funcionarios del FORPPA y de la Intendencia del Ejército, así como de varias empresas.

Tras el descubrimiento de las 36 toneladas de carne ilegal en vanos hoteles mallorquines, Aduanas resucitó las investigaciones correspondientes a las empresas de la zona, en especial aquellas supuestamente implicadas en el caso. Una parte de la carne aprehendida lucía la marca Bordón, de Brasil, por lo que se inspeccionó a la empresa Mascaró, tradicional importadora de estómagos y otros despojos de vacuno comprados a la citada casa brasileña. Mascaró tenía casualmente en los frigoríficos del puerto de Valencia unas 400 toneladas congeladas pendientes de ser despachadas en la aduana como mondongos o estómagos de vacuno.

Ante la sospecha de que pudiera hallarse algún solomillo camuflado entre los despojos, la inspección de Aduanas dio orden de serrar los grandes bloques de hielo de Mascaró procedentes de Bordón. A -20º de temperatura, y valiéndose de maquinaria especial, y en presencia de funcionarios de Sanidad y Aduanas, fue serrada una muestra significativa de bloques congelados depositados en la Cámara 12 de Frigoríficos Montoliú, SA. El resultado del control fue totalmente negativo ya que sólo aparecieron estómagos y algún corazón de vacuno, tal como declaraba su documentación.

El resultado de la investigación realizada sobre la empresa DespoImport, SA también fue negativo ya que sus marcas de importación de despojos procedían de Italia, EE UU, Paraguay, Argentina y la Republica Federal de Alemania. Lo mismo ocurrió con la inspección de Fripalsa (Frigoríficos Las Palmas, SA),-que sirvió carne pero no de vacuno sino de pollo, cerdo, tocino y perdices.

Contrabando desde Zimbabue


Aunque la investigación sobre el caso residual de Mallorca no está concluida, medios bien informados suponen que casi la mitad de esta carne, es decir, unas 17 toneIadas procedentes de Zimbabue, podrían pertenecer a un camión de contrabando que, procedente de Rotterdam con destino a Lisboa y otra vez Rotterdam, descargó despojos sin que la inspección hubiera descubierto el cambiazo de carne buena por despojos.

El resto de la carne de Mallorca puede proceder de las partidas vendidas por el FORPPA para bajar el precio de la carne que está rozando el margen de intervención superior, por encima de las 401 pesetas/kilo, o de la distribución de cuartos de vacuno al Ejército. Algunos furrieles del cuartel prefieren tradicional y comprensiblemente dar a sus soldados mayores cantidades de pollo o cerdo o vacuno de segunda a cambio del sobrante de vacuno de primera.