Somos Mediterráneos

Las Baleares, o región balear, todas las islas tenían, tienen, su encanto, en Palma de Mallorca, alguien se acuerda d´estrenc i s´calobra, arenal, illetas,  etc, etc., más los pueblos interiores Inca, Binissalem, la costa norte, con el cabo Formentor, y la famosa bahía de Alcudia., etc. etc., En fin compañeros, incluso los que mandaban a la mola de Menorca, tenían sus opciones. Ibiza ni te cuento.

*

Cuanta razón tienes Luis, mucha no, muchisima.

Y los que somos isleños, muchos no lo saben apreciar, (yo si).

Tenemos que esperar a que los de fuera nos lo digan (lo bonito que es esto , lo maravilloso de lo

otro, la comida tipica del pueblo tal...).

Te pongo un ejemplo: yo tengo un amigo que cada año se pasa un mes entre Vietnam, Camboya,

Tailandia y Filipinas. Ole sus co..... pero el tio este no a ido nunca a Formentera, joder, que el

barco tarda 35 minutos, las playas son de ensueño y lo tienes al lado.

Bueno Luis, ya me he enrrollado bastante y me he salido del hilo del tema.

Saludos cordiales desde Ibiza.

*

Antonio Ramon, no te has salido del tema, tuve la gran suerte de compartir el SMO., con muchos isleños, sobre todo de Palma de Mallorca, estuve en sus casas, estuve en sus fiestas, te podría nombrar un montón de virtudes buenas, pero lo resumiré en una son como las Baleares, excepcionales.
Cordiales saludos, por suerte he visitado Ibiza, seis veces, Formentera una, pero siempre me he quedado con ganas de volver y volver.


*

Gracias por tus comentarios Luis.

Estoy contento de que te gusten las Islas Baleares.

Saludos desde Ibiza.


*

Más que gustarme, que me gustan y mucho, nací en Barcelona, soy mediterraneo, y las Islas Baleares, para mí es Mediterraneo puro.
Unas de mis canciones de cabecera, es Mediterraneo, de mi paisano Juan Manuel Serrat, el "noi" del "Poble Sec", y yo, "soc", el "noi". "slot", del Poble Nou.
Compañero Antonio Ramon, no se si en Ibiza, usaís, "slot", "slota", "dobves", etc. etc.
Un fraternal abrazo compañero.


*

Bueno, bueno, bueno. Qué nostálgico te pones Luis. Yo no hablo, porque si lo hago, me entra un yuyo que no veas. Siempre dije que, de no haber tenido novia, me hubiera quedado en Palma después de licenciarme. La he visitado varias veces, y últimamente con eso del IMSERSO, el resto de islas.

Un saludo desde el Vallés Occidental, Luis

*

Hola de nuevo Luis Virumbrales.

Las palabra que mencionas son en mallorquin no puro, por decirlo de alguna manera.

Las dos primeras no hay problema en Ibiza y Formentera (las Pitiusas) decimos "al-lot" y al-lota".

La ultima (dobves) no tengo ni idea, lo he buscado por internet y "res de res" nada de nada.

Como sea "doblers" que quiere decir dinero, aqui decimos "sous", para que veas la diferencia entre

las islas.

Cordiales saludos desde Ibiza.


*

Bueno, ahora el otro Luis, Luis López.

Espero Luis que en tus viajes por las Islas Baleares hayas disfrutado de esta tierra y te haya gustado.

Cada una tiene sus particularidades, son mas grandes, mas pequeñas, con mas montes, tranquilas,

con fiesta, etc....

Bueno pues, saludos cordiales desde Ibiza.


*

Os leo y no me puedo resistir a la tentacion...


un servidor tambien tiene sus debilidades musicales, "Y a fuerza de desventuras mi alma es profunda y oscura"...

Aunque esta noche duerma en el "cala", Luis creo que nos merecemos ver y oir esto





Hace tiempo que en este Foro confese mi gusto musical por el "Noi de Poble Sec" y precisamente esta cancion era una de las que un servidor le cantaba a mi actual compañera.

Sigo a Joan desde "los tiempos dificiles".

Despues de mucho vagabundear no me encuentro extranjero en ningun lugar. Nunca tube una novia Lucia, pero no hay nada más bello que lo que nunca he tenido y la mujer que yo quiero, no necesita bañarse cada noche en agua bendita.
Siempre le decia a mi vecina, que va ser de ti lejos de casa, nena que va ser de ti,pero ella me decia...Quiero ser feliz.
Mientras, el tio Alberto,entre la ruina y la riqueza, entre mentiras y promesas,aun sabe sonreír...
!!Qué suerte tienes "cochino"!!.
Y el sacristán ha visto hacerse viejo al cura, el cura ha visto al cabo y el cabo al sacristán, por sus callejas de polvo y piedra de mi pueblo blanco que duerme colgado de un barranco.
Por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar...Hazme un sitio en tu montura y llévame a tu lugar, alli quiero hacer un barquito de papel cuadriculado, sin nombre, sin patrón y sin bandera,navegando sin timón donde la corriente quiera.
Hasta que llegue la primavera, y encontrar a quien me preste una escalera, para subir al madero y quitarle los clavos al Jesus del Nazareno.

Ya me conoceis un poquito mas...NACI EN EL MEDITERRANEO


*

Juan Manuel, Ana Belén, ahora a mi admirada Ana, le han dado el Goya de honor.
Como he escrito alguna vez en este foro, soy Mediterraneo, nací en Barcelona.
Ahora también me gusta mucho Andalucía, y hay una canción del Barrio, angel malherido, que me gusta un montón. (la obra del Barrio, también).

Mediterraneo,la he escuchado muchas veces y lo he vuelto hacer ahora en este precioso "link", que nos has mandado, espectacular, suscribo y me sumo a todas tus palabras.
Cordiales saludos.


*

Antonio Ramón, dobves, doblers, tienes razón, se refiere al dinero, antiguas pesetas, euros.
Recuerdas, lo de salud y pesetas, y lo demás son puñetas.
Cordiales saludos.


*

Compañero y homónimo, Luis López, nostálgico, no, muy contento y orgulloso de haber tenido la suerte de hacer el SMO., en Palma de Mallorca, sí.
Cordiales saludos y un fraternal abrazo.


*

No quiero ser reiterativo ni pedante, algunos ya la han leído. Pero mira, Luis, aquí te dejo una carta que escribí al diario de Mallorca para que la publicaran.

UN PASEO POR PALMA, DESPUÉS DE CUARENTA Y SEIS AÑOS:
A medida que pasan los años y cuando ya he rebasado el meridiano de mi hipotética esperanza de vida, noto la necesidad de irme despidiendo de todos aquellos lugares que en su día tanto significaron para mí. Por su importancia, las circunstancias y los momentos vividos, uno de esos lugares ha sido Palma de Mallorca. Una ciudad de la cual guardo unos recuerdos imborrables que perdurarán para siempre en mi memoria.
Bajo este concepto le propuse a mi mujer hacerle una visita, con la única condición: que el viaje lo realizáramos con el mismo medio de transporte que yo lo hice hace cuarenta y seis años atrás, la noche del dieciséis de Septiembre de 1967 desde Barcelona a bordo del Ciudad de Burgos, con motivo de mi incorporación al Campamento General Asensio CIR 14.
La ciudad la he encontrado muy cambiada, supongo que como todas las ciudades españolas que después de la transición cambiaron su fisonomía urbana. Dotada de unas grandes infraestructuras, han hecho de ella una ciudad moderna, pero a su vez, conservando todo su encanto de ciudad antigua y mediterránea, cargada de historia. Un gran cinturón convertido en autovía (Ma-20), distribuye el tráfico desde Andratx hasta S’Arenal que junto con Can Pastilla, forman la playa de Palma. Unos radiales (Ma-13,15…), distribuyen el tráfico hacia Valldemosa, Soller, Inca, Pollença, Alcudia, Manacor, LLucmayor, etc., etc., con salidas (Ma-1,2…) a Magalluf, Santa Ponsa, Palma Nova, Cala Mayor, Illetas, Génova y paseo Marítimo, a la altura de Porto Pi. Los edificios emblemáticos de la ciudad así como sus plazas, calles y paseos también han sufrido su metamorfosis, resaltando todo aquello que el paso de los años y la degradación se habían encargado de ocultar, o, de desaparecer. Un gran parque a orillas del mar y a los pies de La Almudaina, que junto a las remodeladas plazas de las Drassanes y de la Lonja, se convierte en una postal de bienvenida para el viajero que, a tempranas horas de la mañana, llega al puerto de Palma con algún ferry.
Mis recuerdos me llevaron a aquellos lugares que tanto había frecuentado. Me llevé muchas sorpresas al pasear por sus calles y plazas buscando una respuesta a tanta transformación e intentando recordar, aquel cine, tienda, calle…, o el bar que había en la plaza de las Drassanes, ubicado en uno de sus extremos y que por pocas pesetas comía con mi amigo Daniel un calamar a la plancha con patatas fritas. Ésta plaza, muy restaurada, hoy se ha convertido, junto con la de La Lonja, en punto de referencia para todo aquél que quiera tapear, comer, o simplemente tomar unas copas en sus terrazas, como hicimos mi mujer y yo bajo un cielo alto, azul y limpio mientras notábamos en nuestras mejillas la brisa del mar, cuando el crepúsculo de la tarde se ocultaba por el horizonte de Illetas.
Unos minutos antes, habíamos paseado como dos quinceañeros enamorados por el paseo Marítimo para pararnos enfrente de la terraza de Jack el Negro. La curiosidad nos llevó, sobre todo a mí, a hacerle una visita y comprobar que es lo quedaba de aquella mítica discoteca. La degradación y el abandono de sus edificaciones dan fe de que allí había estado, junto con Tito’s, Zhivago, Rodeo, Flamingo, Sargento Pepper…en la plaza Gomila, una de las mejores discotecas de la noche palmesana de los años sesenta. Hoy, un solar y unos molinos, los de Jonquet, son testigos mudos de aquellas noches de ocio, en busca del ligue fácil.
Más tarde, vagamos relajados y tranquilos por el entresijo de callejuelas estrechas que hay en los aledaños de la plaza La Reina, de grato recuerdo para mí, y que todavía mantienen el encanto de barrio marinero y el olor a mar de las ciudades portuarias. Los bajos de sus edificios, algunos centenarios y vetustos, albergan hoy restaurantes de todo tipo y bares de copas nocturnas de luces mortecinas, donde las parejas de enamorados se juran amor eterno con la complicidad y el roce tibio de sus mejillas, tras un beso robado. Al otro lado de la plaza, y ya en la calle Conquistadores, encontré a faltar el Lírico y su cafetería (Florida?) que durante mi estancia en Palma vi su agonía y su posterior derribo, y con él, la piqueta demoledora, también se llevó al Hotel Alhambra para dar paso a los jardines del s’Hort del Rei. Hoy, que tanto valoramos el patrimonio cultural, procurando mantener en pie todo aquello que sea representativo de épocas doradas de nuestras ciudades, en este caso, la poca sensibilidad de las autoridades de aquellos años no supo gestionar la conservación de estos dos edificios de principios del siglo XX.
Al día siguiente subimos por el Born, que después del baldeo matutino estaba limpio y con poca circulación y que, salvo algún cambio en la circulación y en el mobiliario urbano, sigue igual que yo lo conocí hace cuarenta y seis años. El teatro Born, que yo lo recordaba como cine de estreno, hoy es una tienda de Zara. Estas multinacionales lo acaparan todo, ocupando en todas las ciudades edificios emblemáticos sin importarles la historia que atesoran sus paredes, menos mal, que mantienen la estructura y el encanto de sus fachadas. Me senté en uno de los bancos del paseo, de los muchos que tiene, intentando buscar en el ático de mi memoria un estanco que había a la derecha subiendo; de pronto, giré la vista y allí estaba: Tabacos, expendeduría nº 13. El mismo donde yo hace cuarenta y seis años compraba sellos, sobres y postales. Al final del paseo, giramos a la derecha para subir por la calle Unió, plaça del Mercat y plaça de Weyler, para darnos de narices con el Principal en donde yo veía un programa doble y NO-DO, muchas tardes de domingo. Un edificio restaurado con gusto -nada que ver con el edificio que yo conocí-, hoy convertido en teatro de Ópera. Continuamos andando por la calle La Riera hasta alcanzar La Rambla (antes Vía Roma, y más reciente Ducs de Palma), un edificio de nueva construcción de líneas rectas y muchos ventanales me llama la atención y al llegar a su altura me percato que, en el mismo lugar, hace cuarenta y seis años, estaba el viejo cuartel del Carmen, del Regimiento de Infantería Palma 47, donde yo pasé gran parte de mi mili y que hoy, es la sede de la Oficina de la Tesorería General de la Seguridad Social. Observando la mole de edificio allí construido, un torrente de imágenes afloraron a mi mente. Por unos momentos intenté poner orden a tanta información pero… no pude, la emoción y la nostalgia me invadieron y los ojos se me humedecieron, y quizá por respeto a mi mujer, no rompí a llorar como un niño. El bar que había en la plazoleta que hace la calle del Carmen con La Rambla y que estaba enfrente del cuartel, todavía está, y el convento de monjas de Santa Teresa que siempre nos despertaba con toques de campana, sobre todo los domingos, adelantándose al toque de diana, continúa allí impertérrito a pesar de los años, igual que yo le conocí.
La casa de al lado, en el nº 20, que hoy existe una separación entre este nuevo edificio y el que perdura, estaba adosada al cuartel por la puerta de víveres que daba a La Rambla (para mi Vía Roma). Ésta puerta se usaba muchas veces como de “emergencia” (ya me entendéis), que por aquellas casualidades de la vida, a veces, se quedaba abierta sin saber cómo ni quién había sido el causante del hecho. Dicha casa, la del nº 20 me refiero, era un grupo de viviendas para militares en donde yo estuve de conserje cubriendo el permiso del titular, hoy sólo se conserva el portalón con arco de medio punto, el resto de la edificación parece de nueva construcción conservando la fachada original, o bien, también cabe esa posibilidad, que sea una rehabilitación. Antes de marcharme del lugar, le expliqué a mi mujer que por esta avenida cuando veníamos del s’Fortí -que estaba al lado del viejo campo de Luis Sitjar- de hacer la instrucción, nos hacían formar al principio de la misma para entrar desfilando al cuartel, despertando la admiración de los turistas.
Después del trago emocional que pocos minutos antes había pasado y ya un poco más reconfortado, seguimos andando unos metros para girar a la derecha y subir por la calle Oms(antes Olmos) en dirección a la plaza España -esta calle es peatonal con muchas tiendas de regalo- nada más empezar la calle recordé que a mano derecha había un bar y en su interior unos futbolines, donde los hijos de un comandante me hacían gastar los pocos ahorros que yo tenía en partidas de futbolín una vez que los había recogido del colegio, hasta que les convencía para llevarles a casa en la finca donde yo estaba de conserje. Mirando a derecha e izquierda, continúe andando calle arriba con paso lento buscando la complicidad de los edificios: una pista, un detalle…, no sé, algo que yo pudiera identificar el edificio que iba buscando, mientras mi mujer se entretenía en mirar escaparates. Encaramado en el último repecho de la calle, me llamó la atención un edificio con fachada adecentada y encalada y me dije: este tiene que ser el edificio que estoy buscando. Efectivamente era él. Un medallón en la parte superior y justamente debajo del alero con motivos militares lo delataba. Era el Hospital Militar que yo iba buscando. En dos ocasiones tuve que visitar este hospital –cosas sin importancia, pero sí, por dos veces visite sus quirófanos-, una clínica o geriátrico, me dio esa sensación, ocupa su lugar. Ante su fachada recordé y como anécdota, que en ese hospital fue la primera vez en mi vida que pisé un quirófano. Después de una corta espera para que se incorporara mi mujer tras su deambular por tiendas y escaparates y de explicarle mi hallazgo, decidimos girar a la derecha para incorporarnos a la calle San Miguel.
La calle San Miguel es una arteria peatonal y quizá la más concurrida de la ciudad, con muchas tiendas de todo tipo especialmente, de ropa de marcas que se pueden encontrar en cualquier centro comercial de nuestra geografía. Dichas marcas, ocupan hoy establecimientos emblemáticos de la Palma de los años cuarenta y cincuenta y, alguno de ellos, de principios del siglo XX, manteniendo la decoración de sus rótulos y molduras en los dinteles de sus puertas, formando hermosos arabescos. Es agradable pasear y observar el ir y venir de la gente, parándose aquí y allá en busca de la prenda deseada o el regalo apropiado. El saludo y la charrada ocasional de los palmesanos, se pude ver y disfrutar en esta arteria: el ejecutivo encorbatado con paso firme que se dirige a un destino desconocido con su cartera y con cara de pocos amigos; el funcionario que intenta poner orden a sus papeles en su carpeta sobada y maltrecha; el cieguecito que pregona la suerte para hoy tras el cristal de su quiosco; las dos yayas que se saludad efusivamente y se preguntan mutuamente por el s’al-lot o la s’al-lota de sus respectivos hijos. O bien, la pareja de adolescentes que, mirando un escaparate, se funden en un beso eterno y sin fin, sin importarles lo que está pasando a su alrededor. Todo esto se puede observar si paseáis sin prisa por esta calle.
Al final de la calle llegamos a la plaza Mayor. Esta plaza, con algún detalle que la diferencia de otras, se parece mucho a las plazas porticadas de Castilla. Nos detuvimos en el centro de la misma para disfrutar de su arquitectura, y en la salida que da acceso a la calle Colom, vi con asombro que todavía continuaba allí en una esquina la cafetería París -aunque a primera vista me dio la sensación, que más que cafetería, es una churrería-, punto de encuentro de soldaditos, ya vestidos de paisano, para tomar un café. Un lugar estratégico para controlar la calle Colom y la plaza Mayor por si aparecía la PM (Policía Militar).
La calle Colom va recta a la plaza Cort donde está el Ayuntamiento, y aunque no se ve tan concurrida como la calle San Miguel, no deja de ser una prolongación de la misma manteniendo, como la anterior, los establecimientos antiguos de la Palma de posguerra con unas aceras más amplias que cuando yo paseaba por ella. Quizá al no ser peatonal da la sensación de que no es tan comercial. En esta calle, la de Colom, me tocó cubrir carrera -¡ah! ¿Qué no sabéis a lo qué me refiero?- en la procesión del Corpus de 1968. Una compañía de soldados vestidos de gala, con el arma correspondiente y separados uno del otro por unos metros, rendíamos honores al paso de la Custodia a lo largo de su recorrido.
Llegamos a la plaza Cort, y la verdad, me pareció más amplia. Peatonal en su parte baja, con un olivo centenario, o bicentenario, no lo sé, que se plantó en 1987, ostenta con orgullo el Icono de la isla. Ni la contaminación ni la climatología han hecho mella en él, y en marcando la fotografía, el emblemático edificio de la casa consistorial.
Y ya para terminar esta ruta matutina, me adentré por la parte izquierda del Ayuntamiento para tomar una cerveza en la Plaza Santa Eulalia, muy distinta a cuando yo la cruzaba todas las mañanas con mi amigo Daniel en dirección al cuartel de Ingenieros en las Avenidas para a asistir a un curso de Morse que en dicho cuartel se impartía. Hoy ocupan sus bancos gente de toda índole, más bien -desgraciadamente para nuestra sociedad- gente sin techo, pero a pesar de todo, disfrutamos de su silencio. Le propuse a mi mujer seguir por las calles adyacentes de la Palma antigua, de casas con patios ajardinados y de escalinatas marmoleas, pero me dijo… que ¡NO!, así de rotundo, un no que no había lugar a dudas; tenía razón después de la caminata que habíamos hecho. A pesar de todo, la decisión fue mutua y la complicidad unánime, de ir a comer a la plaza de la Lonja donde la tarde anterior habíamos estado tomando un refresco y punto de partida de este maratoniano recorrido. Sin más dilación cogimos carrerilla(es un decir), bajando por Conquistadors-plaza de La Reina en dirección a dicha plaza.
Un frito mallorquín, espaguetis y dos sendos lenguados regado todo ello con un vino blanco y fresco para recuperar energías, fue el broche a este recorrido.
Después del maratoniano recorrido que hicimos el día anterior, nos apetecía quedarnos en el hotel para visitar con tranquilidad Illetas y sus alrededores. Nuestro recorrido se basó prácticamente en encontrar la playa que yo había frecuentado durante mi estancia en Palma mientras duró mi servicio militar. La tarea no fue fácil ya que, mi única referencia, era los islotes que había delante mismo de la playa donde nos bañábamos, tanto es así, que tuvimos que preguntar a un transeúnte por su paradero.
-Mire, siga esta calle abajo y una vez pasado el hotel X, ya la verá- nos dijo muy amablemente.
Donde antes había pinos, hoy hay hoteles, apartamentos y alguna casa de viviendas particulares construidos sobre terrazas para salvar el desnivel. Alguno de estos hoteles sus ascensores llegan hasta la playa convirtiéndola, sin quererlo, en playa particular. ¡Qué recuerdos!, ¡cuando esta playa era un espacio abierto y los pinos llegaban hasta la playa con muy pocas edificaciones! Su orografía, casi vertical, se elevaba expectante como el faro de Alejandría oteando el horizonte, hoy, son las parabólicas de los hoteles buscando canales foráneos para complacer a clientes venidos de otros lugares.
Después de una buena siesta y para terminar el día, nos encaminamos hacia el CIR 14 General Asensio y al nuevo cuartel de Palma 47 para hacerles una visita, del cual tengo el honor y todos los de mi reemplazo de haber inaugurado en Abril de 1968, cuando nos trasladaron del cuartel del Carmen a este nuevo.
Dirección a Génova, fuimos a coger la Ma-20 (estábamos instalados en un hotel en Illetas), y a medida que iba llegando a las inmediaciones del cuartel, notaba cómo las pulsaciones se me aceleraban a pesar de las muestras de tranquilidad de mi mujer. En la rotonda que hay enfrente del cuartel, giré a la izquierda dirección al campamento. La visita fue corta pero lo suficiente para recrearme con la vista que me ofrecía la anchura y la profundidad de la explanada, buscando los barracones de la octava compañía. Delante de la puerta principal y como un estaquirot, me quedé inmóvil recordando al Teniente Matas Puigserver gritando: ¡octavaaa…! ¡fir…mes!, cuando él en la puerta del comedor y nosotros allí arriba, daba el estadillo al Oficial de turno para entrar a comer. Acto seguido, un golpe seco sobre nuestros talones y el cuerpo erguido, dábamos por cumplida su petición los doscientos reclutas de la octava compañía (la pequeña legión). No vi a nadie, eso sí, muchas cámaras, y ante la posibilidad que me estuvieran vigilando, me subí al coche para pararme unos metros más abajo junto al cuartel de Palma 47. Me pareció un cuartel fantasma, puertas y ventanas cerradas y las persianas bajadas, me dio la sensación de abandono y como unos minutos antes, vi pasar como una película en blanco y negro, el ir y venir de Oficiales y la tropa formada delante de las compañías, compañeros y amigos, y en el cuerpo de guardia, oír gritar: ¡guardia a formar!, el Coronel.
El resto de los días nos dedicamos a visitar aquellos lugares que recordaba haberlos visitado y otros que desconocía, como el monasterio de Lluc, Pollença y la bahía de Formentor Una carretera serpenteante y estrecha nos llevó a cabo Formentor, que en su parte más extrema, se eleva el faro más espectacular que yo he visto, comparable al de Finisterre en Coruña. Las vistas que desde allí se divisan son para verlas, porque contarlo, es harto difícil. Son espectaculares, de otro planeta, sus acantilados y sus rocas erosionadas parecen lunáticos. De regreso nos paramos en Alcudia, un pueblo bonito porque sí, amurallado donde el silencio y tranquilidad hace imposible que el reloj corra. Y para terminar, fuimos a comer al puerto que está a unos tres kilómetros de la población con una gastronomía marinera digna de mención, sobre todo, la sepia en todas sus variantes.
No sé cuándo volveré a visitar Palma –los años no perdonan- pero me prometí a mí mismo que algún día, si las fuerzas me acompañan, volveré a pasear por sus calles, plazas y paseos, mientras observaba desde la cubierta del barco de regreso a Barcelona y con la emoción a flor de piel, como las luces del castillo de Bellver y la Catedral se diluían en este mar tan hermoso que es el Mediterráneo.
Luis López Pérez: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


*

Compañero Luis López Pérez, felicitarte por dejarme leer tan bonita y entrañable carta.
Te mando un fraternal abrazo compañero.


*

Genial tu carta Luis Lopez, yo también visite Palma hace unos años y senti esas emociones que tu magistralmente has descrito.
Por cierto publicaron tu carta????


*

Emocionante Luis, emocionante.

Gracias por compartirla con nosotros.

Saludos desde Ibiza.


*

Gracias compañeros. Pues no lo sé, y eso que les mandé toda la documentación, correo electrónico, teléfonos. Con la condición que si la publicaban, me mandasen un ejemplar. Pero hasta hoy. No creo que lo hicieran, es muy larga, pero me podían haber mandado un correo indicando el motivo, ¿no? Lo bonito de todo esto es poder compartir con todos vosotros las mismas emociones que yo sentí aquellos días en Palma. Bueno muchachos, mañana nos vamos a Benidor con el INSERSO a pasar unos días.
Un abrazo a todos, Luis


*

Bueno, bueno Luis.

Pues a disfrutar de las playas de Benidorm y a relajarse tocan.

Saludos cordiales desde Ibiza.

*

Se me habia olvidado.

Tengo que felicitar a los MODERADORES por haber creado este nuevo hilo.

La verdad es nos habiamos salido un poco del tema (yo el primero).

Saludos desde Ibiza.

*

D. Luís, simple y llanamente genial.
Narración correcta.
Hilazón congruente.
Descripción minuciosa.
Y, la evocación emotiva, a flor de piel.
En español, y en su variedad fonética, el andalú: "pa quitarce er zombrero". Un francés diría CHAPEAU.
Saludos desde Almería.

*

Gracias Rafael. Es una de mis pasiones: escribir. Lo hago cada día en una especie de memorias interminables y recuerdos trasnochados, que me llevan a recordar pasajes y vicisitudes de mi vida.

Saludos, Luis


*

Luís López: no hay de que dar las gracias. Me perece fenomenal que te deleites escribiendo.
Yo escribo a diario, lo que sucede es que, mis escritos, suelen ser de temas profesionales. Casi todo lo que escribo se refiere a temas de patología de la comunicación, lo cual no quiere decir que, de vez en cuando, me salte la norma y escriba recuerdos, describa situaciones o relate experiencias.

Supongo que las mini vacaciones en Benidor habrán sido fructiferas.

Yo parto el día 23 a Menorca con el IMSERSO y así completaré el haber pateado "todas" las Baleares.

Mallorca por la mili y cursos a Maestros; Cabrera al hacer un día el cambio de panadero, estaba de semana. A Ibiza fui con el IMSERSO y aproveché para dar un curso a Maestros de Audición y Lenguaje. En este viaje visité Formentera, una alumna del curso estaba destinada en Formentera y me invitó a pasar un día en su casa y en su isla. En compañía de su esposo, los tres, dimos la vuelta parsimoniosa a la isla y me volví a Ibiza a dormir a San Antonio.

Ahora podré visitar tranquilamente Menorca.

De las "grandecitas" me quedaraán por conocer Conejera y Dragonera.

Saludos desde Almería.

M

Con estos calores se me habia olvidado una petición que me hizo Luis Virumbrales.

Amigo Luis, por cuenta de una foto, subo un video con una bonita musica.

Deseo que sea de vuestro agrado.


Estan bien los "drones" estos para hacer filmaciones.

Saludos desde Ibiza.

Muy bonito el vídeo.
Esos cacharros tienen muchas aplicaciones pero como todo hay que tener respeto en utilizarlos.
Saludos

Hoy llego de Jaén, (Torredonjimeno), bodas de Rubí, de unos familiares, he visto el precioso video, agradecerte de antemano la presentación, en dron.
Agrado total, por mi parte me faltaba el "cubata", del bar del sol.
El video genial y precioso.
Bien, compañero Antonio Ramon.
Cordiales saludos.